La villa 31 es una de las más emblemáticas y antiguas de la ciudad. Con más de 60 años de historia fue desalojada y demolida casi totalmente durante la última dictadura militar. A partir de los años 80 se fue repoblando, estando habitada actualmente por aproximadamente 26.000 personas. La mayoría de su población, tienen sus necesidades básicas insatisfechas y viven en un contexto de pobreza y marginación.
La villa 31 se divide en cinco “barrios” internos: los terrenos de YPF, Comunicaciones, Güemes, Inmigrantes y Autopista. A ellos hay que agregarle un asentamiento más nuevo y a la vez más precario, la "31 bis", que está sobre las vías del ferrocarril.
El proyecto se implementa en el Merendero “La Esperanza de los Niños” y tiene como destinatarios a los niños/as y jóvenes que viven en el asentamiento y que debido al contexto en el cual están insertos se encuentran en situación de alta vulnerabilidad social y en riesgo socio educativo.
A partir del acercamiento al barrio y el contacto con los/as referentes barriales emergió en principio como necesidad la creación de un espacio para apoyo escolar para estudiantes de escuelas medias, debido a la interrupción de las trayectorias escolares por deserción, ausentismo y repitencia. Problemáticas profundamente relacionadas con la exclusión, la marginalidad y la dura realidad social que los/as jóvenes deben vivir diariamente: violencia, trabajo infantil y adolescente, hambre, falta de vivienda digna, consumo de sustancias; es decir, con todas sus necesidades básicas para su subsistencia insatisfechas y vulnerados todos sus derechos. Luego de tres semanas de iniciado el proyecto emergió como necesidad el trabajo recreativo con niños de entre 1 y 13 años, entendiendo al espacio de juego como espacio de aprendizaje.
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